Azul
Esa noche aparecieron de la nada veinte malevos forzados y
lo desmayaron a patadas. No hay siquiera dueño de tal agrupación, nadie es tan
idiota para generar un arma indirecta -tan traidora a los necesarios pactos
ciudadanos- como esa, dejaría a los dueños en un tenso potencial futuro fuego
cruzado con los siempre temibles ejércitos europeos, dada la global común idea
de las formas de las fuerzas del orden occidental. La cuestión es que como
víctima en ese pueblito de la Pampa, sin proponérselo, como víctima, pasó a no
ser victimario- parte del orden - y se llevó el mejor vino al que uno puede
aspirar: no levantar espada jamás contra todas las mujeres e inocentes familias
europeas.
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Y dice la leyenda que la idea de honor japonesa, al igual que su moderado vino y delicadeza, formaron siempre parte de la mirada de un hermano de Lahore, cuyos mayores jamás empuñaron sable alguno
ResponderEliminarEl terror y el encanto
ResponderEliminarLos canales desprendidos del Rio Nilo y los frutales que no fueron en el África. Las iguales líneas decorativas en los frentes de piedra de las grandes ciudades. Ciudades que no fueron Wuhan por el capricho de alguien torció la real voluntad popular. El psiquiátrico Bethlem. Onda de radio y fotografía publicitada hacia finales del siglo XIX. La temprana y acabada simple carta universal que pudo haber evitado cualquier malentendido. La isla de los Mussolini y los Caravaggio. El discurso indirecto implícito en los olvidados pueblitos de la Pampa francesa. Los carnavales que sepultaron el cuadro de una mujer, y las muchas miradas que no fueron por acción de los muchos muros invisibles.