sábado, 1 de agosto de 2020





Mar adentro





Mar adentro se detiene el pulso marino formando un gran espejo

Que me atraviesa, destruyendo al otro: palabras como decoro,

pero no muy sentido, no de coro fundido el oro tuyo en mi.

De nada servirán las máscaras, caerán una a una, como muñeca

Rusa, como cae vencida la sonrisa en el real viaje a tus ojos negros.

Un silencio alusivo, la amenaza de tu imagen siempre adorable,

Por arte de esa magia imprevista simple y eterna,

Son ecos de esa gran calma, antes inmensidad en fuga.


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