El crimen del Doctor Cherteston
Fue en 1959. En un pueblito a las afueras de Londres. En los
crímenes siempre se evidencian las causas, los medios y las formas, si los
pensamos estructuralmente. En el caso del asesinato del Doctor Cherteston un
cruce de factores (causales algunos, termine por concluir) generó una niebla que
imposibilitó divisar aunque sea un poco la arquitectura que creo el asesino
para que parezca a simple vista suicidio.
El Doctor perdió su fortuna alrededor de los años cuarenta. A
pesar de pertenecer a una de las familias acaudaladas más antiguas del lugar y uno de los
terratenientes con mayor extensión de tierra su padre, perdió casi
todo el dinero. Me parece imposible que ocurra tal cosa pensé en aquel entonces, perteneciendo a un
sector como ese durante tanto tiempo. No digamos un nuevo rico que no terminó
de afianzar la estabilidad, o la fragilidad de una empresa menor sujeta a los
caprichos del mercado. Una sólida fortuna de tiempo que se rodea de similares
fortunas por entorno social se entiende que es eterna. Aun así, no terminé de entender, dado cierto silencio y hermetismo
no muy grato del sector cuando trate de averiguar cómo dejó ese mundo de un día a
otro.
Siempre damos por sentado que el asesino tiene antecedentes
de algún tipo. Notando la frialdad prudencial en el obrar del asesino para
provocar la niebla por donde moverse sin dejar rastro de su paso aventuré que
se trataba de un sujeto que no dejó nunca de parecer un ciudadano normal.
Continuara…
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