Las dulces guitarras
Me cierran los ojos cuando retengo tu mirada. Te beso
Impulsado por sus voces que invitan a dejarme llevar
En la quietud armónica del mundo de noche.
Mi piel se funde con el dulzor distante de la tuya
En la profunda complicidad de sus compartidos
Claros símbolos: irrumpen en mi cuando cedo algo mío.
Despierta como quien abraza el viento que juega en pasillos.
Me cierran los ojos con sus formas. Las dulces guitarras
Aparecen y se mueven cómodas en las ruinas calmas
De los perdidos amoríos. Suaves van con la muerte del abismo
hacia el alivio de tus ojos, trazados por los muchos nombres,
Descansando apacibles en silencio en los míos,
Me sumen en la esperada música que sólo dos abrazan:
Despierta como quien abraza el viento que juega en pasillos.
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