lunes, 21 de septiembre de 2020

 




La versión de Magdalena





En su imaginación fueron uno, suspendido el tiempo en la paz de los breves espacios que se eternizan. Solo conservaba un par de fotografías y un borroso distante recuerdo. El vino y el fuego en el hogar en aquel campo a las afueras de Santa Rosa, la vigilia mezclada con la serenidad de la soledad sirvieron para detenerse en ella. La mayoría de las fotografías eran de fiestas y reuniones. Mediante dichas fotografías retuvo su mirada, se comunicó con la versión de Magdalena que le permitió el diálogo con sus formas definidas. Dentro de las formas encontró la forma, ella con muy poco maquillaje. Un almuerzo familiar de entorno en común. Aparece mirando la cámara fijamente, los ojos un poco más abiertos de lo habitual y media sonrisa. Esa fue la más bella de las varias caras de Magdalena. Ella sin antifaz, rescatada de la niebla que la alejó de los firmes abrazos en la más profunda estancia de lo desnudo.

1 comentario:

  1. ah, le falta pulido a los textos jejej, ando justo en otra y los tiro por tiralos.

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